Círculo Maldito

 

Mexico

Cuadro de :Jazzamoart Vazquez Smith

Trato de racionalizar la frustración, el sufrimiento de casi cien minutos en los que se detiene la vida para dar cabida al deslizar de un balón y al esfuerzo de veintidós hombres que van, vienen; de cuyas piernas y mentes surgen pinceladas que hacen que millones de personas desgarren su corazón, ahoguen sus gritos y atisben siquiera un granito de grandeza, ajena, pero al fin grandeza; en  un país que anhela triunfos, que suplica por buenas noticias; que se cae a pedazos en dónde  mas duele: impotentes en salvar vidas que son devoradas por el dragón diabólico de la delincuencia organizada, en no poder dar de comer dignamente a la mitad de su gente, en no poder retener a sus niños que faltos de esperanza salen en busca del resplandor del norte para solo encontrarse con eventos que superan la irrealidad.

Este país que lo tiene todo, necesita pensar en lo imposible, en lo improbable, en lo posible y en el presente ganador; no solo en el fútbol, pero en todos aquellos pequemos momentos que conforman nuestro día a día: Educar a nuestros niños de forma ganadora, pensar que ganar no es una evento en solitario e individualista, que existe el principio de ganar – ganar: tú ganas, yo gano, ellos ganan y por consecuencia todos ganamos.

Tal vez sea momento de replantearnos nuestra propia naturaleza, la concepción del término ganadores, cuya única acepción pretendidamente correcta es cuando la selección mexicana juega;  sin duda que todos y cada uno queremos que gane, porque si ellos ganan, todos ganamos -por lo menos eso creemos- y no dudo que ganemos en satisfacción y en derrama económica de alguna manera.

Me pregunto si en el inconsciente colectivo nos consideremos un pueblo ganador o un país al que lo persigue la mala suerte, una maldición o una conspiración mundial contra el bigotón, chaparro y sombrerudo. Si yo fuera el Rey de los Mexicanos: contrataría al departamento de mercadotecnia de Coca Cola Company para que limpiara nuestro karma, para que reparara la mala imagen que tenemos de nosotros mismos, para que purgue nuestras almas; mandaría a re escribir la historia con los miles de triunfos que la gente de a pie tiene día a día cuando llega a casa y tiene algo que comer, sacaría de nuestros corazones las garras sin escrúpulos  de los que nos mantienen atados a un sillón contemplando un mundo que solo existe en la imaginación barroca de algunos.

¿cuantas veces seremos capaces de reciclar la frustración?, no solo por el juego,  también  por no tener un trabajo digno o teniéndolo, no ser felices porque no es lo que realmente nos apasiona. ¿Que hacer en dónde  el destino pareciera dar vueltas sobre su eje?, como aquella pesadilla en la que por mas que corras, las piernas languidecen y la angustia es cada vez mas y mas grande;  despiertas, respiras aliviado diciéndote que solo fue un mal sueño, de repente, tras de ti, nuevamente esa presencia maligna te persigue y te persigue cada vez que quieres soñar.

¿Como romper el círculo maldito?: creando una singularidad en el tiempo, rompiendo los esquemas que mantienen al eje del mal; siendo creativos-productivos, siendo colaborativos-productivos-creativos, dirigiendo nuestra gran pasión colectiva -la tenemos, ya la vimos en el fut-, hacia objetivos concretos y unitarios; haciendo primeramente lo posible, para pronto encontrándonos haciendo lo imposible.

En lo que a mi respecta, me seguirá apasionando el fútbol, mas aún  si se trata de la Selección, solo que he perdido la inocencia,  pensar que con solo buenos deseos y gran pasión se logran los grandes triunfos; hay cosas mas profundas que un juego en el mundial y es importante verlo porque  nos permite vislumbrar la esperanza renovadora que nos espera si salimos de nuestro ensueño para reconocer nuestra verdadera identidad.